La invención de la soledad

Ernesto
4 min readNov 1, 2020

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La memoria. Se repite la memoria. La / literatura es el ejercicio de la memoria. / La narrativa de la memoria es la /que hace posible el contar historias.

  • Paul Auster

Hace unos días terminé de leer ¨La invención de la soledad¨, primer libro que leo a Paul Auster. No creo que tenga sentido ahondar en halagos y cumplidos en relación con el autor, quien se haya acercado a alguno de sus textos sabrá de su potente y destacada narrativa. A continuación, dejo algunas impresiones.

La invención

El duelo deviene escritura, la muerte del padre como el comienzo de la carrera escritural. El escritor que escribe para recordar a su padre en vida, desentrañando la historia familiar para entender el comportamiento distante, la ausencia, una especie de espectro que deambulaba mientras transcurría la vida. Simultáneamente también escribe sobre su papel como padre — va jugando entre su pasado como hijo y su presente como padre — de su hijo Daniel, además y sobre todo, de la soledad y de su oficio como escritor.

El padre

El libro fue escrita en dos partes, la primera tiene como título ¨Retrato de un hombre invisible¨, la segunda ¨Libro de la Memoria¨, una parte teórica y una práctica. En la primera mitad relata pasajes de la vida con su padre, un escríto íntimo, una especie de diario en el que relata en primera persona en relación a una tercera persona (la muerte del padre y los secretos familiares). Un escrito donde ejercita su memoria como el único sentido posible de lo pasado, o al menos lo intenta. La fidelidad de su relato es imposible, como él mismo lo dice: “Es imposible decir algo sin reservas: era bueno o malo, era esto o aquello. Todas las contradicciones son ciertas. A veces tengo la sensación de que estoy escribiendo sobre dos o tres personas diferentes, distintas entre sí, cada una en contradicción con las otras”. Los laberitos de la memoria plantean paradojas incluso para un hombre invisible, como se empeñó ser el padre de Auster, dejando huellas, dejando improntas en la memoria de otros, un reservorio de imágenes en espera de un sentido, un propósito que habitará en el limbo de la subjetividad hasta que la marca desaparezca.

Desde un principio el lector tiene noción de los dos ejes que van a hilar esta parte: la muerte de su padre, pero también que la relación que existió entre ellos no era tan cercana, aunque no tan lejana como para que no le duela su muerte. Una relación con un hombre que se caracterizaba por su inalterable ausencia. La memoria, llevada al extremo, diagrama el juego desde el comienzo: la soledad llevada al límite se exhibe en la memoria, en la imposibilidad de salir de la subjetividad. Todo lo vemos a través de ese inmenso filtro que son nuestros ojos y nuestra nariz y nuestro oído, mientras intentamos darle sentido al mundo entre la fantasía y la memoria, anclados en un presente que desparece a cada segundo. Cuando el cuerpo físico se acaba sólo queda la memoria del otro que ante la ausencia se desvanece en el viento poco a poco.

Libros de la memoria

La segunda parte constituye más un ensayo, donde Auster habla de él pero en tercera persona, denominándose A. Pasó casi un año de la muerte de su padre y se tiene que enfrentar al divorcio, a la separación de su hijo y también hacerse cargo del departamento de su abuelo materno quien se encontraba en el hospital enfermo de muerte.

La separación lo confina en un espacio reducido, una habitación, la cual se convierte en una protagonista más. Traza una serie de analogías entre las más interesantes se encuentra el vientre de la ballena del cuento de Pinocho (el vientre de la ballena es la habitación, un espacio reducido en el que uno se enfrenta a su propia soledad). Así como Michelle de Montaigne escribió grandes ensayos sobre objetos que eran parte de su rutina diaria, algo similar hace Auster con la habitación y la relación que tiene con ese espacio reducido. Asimismo, lleva adelante una comparación de su situación con la de personalidades importantes de la historia que por distintas situaciones se tuvieron que recluir en una habitación — desde Descartes hasta Ana Frank — y mantenerse por mucho tiempo en un espacio de esas características

Una de las cosas más interesantes del libro radica en el duelo, el dolor que eso implica, los secretos familiares, aunque penosos, relatarlos en primera persona funciona como un acto de escritura liberadora. La soledad lo lleva a observarse a sí mismo escribiendo su historia ¨A. se imagina a sí mismo como una especie de espectro de aquel otro hombre, que está y no está allí, y cuyo libro es y no es el mismo que él está traduciendo. Entonces se dice a sí mismo que es posible estar solo y no estarlo en el mismo momento¨.

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Ernesto
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Written by Ernesto

La redención discursiva de una pretensión de verdad lleva a la aceptabilidad racional, no a la verdad.