La derrota

Ernesto
1 min readAug 29, 2021

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Siempre estaba listo para librar la batalla
en otra parte, no en él mismo. En definitiva en el espacio más conveniente a las tácticas del otro y, hasta si se quiere, en el terreno elegido
por éste. Él sabía que todas las batallas donde
se pone en juego el resto son a muerte,
incluso las que no se libran, pero si no le había
sido dado escoger entre la lucha corporal
y el armisticio, ¿cómo no haber pensado
que hubiera podido al menos elegir el lugar
del combate? Pero también este recurso le fue
negado. Y no por el contendor, quien confiaba
ya en su triunfo, aún antes de alistarse,
sino por él mismo. ¡Si hubiera podido disponer
de su vida como de un arma filosa!
¡Si hubiera sabido que su existencia era el cuartel
en disputa! Porque había que pegar duro
con los cuerpos. Y esto tampoco él lo sabía.

  • Juan Calzadilla

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Ernesto

La redención discursiva de una pretensión de verdad lleva a la aceptabilidad racional, no a la verdad.